Melilla, jueves
28 de julio de 2016.
Esta
mañana hemos atendido a EL FARO TV, que nos ha hecho una breve entrevista sobre
nuestra experiencia melillense. Después, hemos ido a la playa con los muchachos
de la Purísima y los de la gota de leche. Por cierto, que la Purísima es, en
realidad, “Fuerte la Purísima”, lo cual habla de la importancia de la presencia
militar en este enclave español en África. Una presencia que se redujo desde la
desaparición del servicio militar obligatorio. ¡Cuántas generaciones hicieron
la mili en Melilla! Desde las guerras de principio del siglo XX, que explico en
clase de Historia, hasta los de mi propia generación, como mi amigo Míchel.
Muchos de esos edificios están hoy destinados a otros usos o, simplemente,
abandonados. Aquí, en el monte, tenemos al lado el helipuerto. Los niños de las
colonias lo visitaron.
Después
de estar un ratito en la playa, hemos invitado a los muchachos y muchachas a
unas golosinas y a un batido, como despedida, porque mañana iremos a la piscina
y no tendremos ocasión de hacerlo. Cuando se iban los de la gota de leche,
hemos pedido a los de la Purísima que se quedaran un momento, que teníamos que
darles unos avisos para mañana. No todos lo han hecho, una lástima. Porque los
avisos no eran tales, sino llevarlos a la banana. Una atracción acuática que
consiste en una especie de banana hinchable remolcada por una zódiac. Los
muchachos se han divertido muchísimo, todos bajaban con una sonrisa de oreja a
oreja. Nos han dado las gracias una y otra vez, con abrazos y hasta besos. Ya
he aprendido la manera de saludar. La mano al pecho, mientras se dice: Shalam
malekum. Y la otra persona responde: Malekum shalam. Y entonces un gesto entre
el abrazo y el beso, como si nos diéramos cuatro besos. Por educación, yo
procuraba no tocarlos, pero Ali me dijo que hay que tocarse, carrillo con
carrillo.
Ahora,
mientras escribo estas líneas, llegan cantos desde el patio. Hoy hemos tenido
una cena moruna, todos vestidos con chilabas. Hemos tomado comida típica
(pincho moruno, cuscús…) y bebido té moruno. Ahora, como digo, bailes y cantos.
Me parece peculiar esa forma festiva de bailar, todos con todos. Los hombres
bailan con los hombres sin ningún prejuicio, y también con las mujeres, claro.
Es una fiesta. Y a la fiesta me voy con mi chilaba azul… Mañana más.
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