Hoy, al final de esta travesía, siento que podría escribir un gran discurso, pero todo él puede resumirse en GRACIAS, GRACIAS y GRACIAS.
A los que han acompañado y hecho posible mi vivencia: niños de la colonia, adolescentes de la Purísima, monjas del Monte, voluntarios y colaboradores de su casa, monitores del campo de trabajo.
Y también mi gratitud para quienes en las dos últimas semanas habéis seguido con tanto interés este blog.
Un abrazo para todos. Aquí va la última entrega de MELILLA 2017
Pero, si Dios quiere, habrá Melilla 2018. Insh'Allah.
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